Como sabemos, los orangutanes son primates que se relacionan en gran porcentaje con el ser humano, pero a pesar de ello, mantienen un ciclo reproductivo muy distinto a nosotros y a otros miembros de la familia Hominidae. Uno de los detalles más sorprendentes que nos enseñan, es el de procrear si las fuentes de alimento son abundantes y si su entorno ofrece los medios ideales para llevar a cabo una crianza sin disturbios.

Las hembras alcanzan la madurez sexual entre los 10 y 15 años de edad. Los machos también llegan a su madurez durante su adolescencia pero se aparean años después cuando las callosidades de sus mejillas están completamente desarrolladas.

Los machos con callosidades en el rostro tienen mayor éxito reproductivo.

Tales tejidos fibrosos en el rostro crecen de una manera sorprendente en ciertos machos, los cuales también presumen de un gran tamaño corporal, fuertes vocalizaciones y dominio sobre otros individuos del género masculino que no lograron madurar sus rebordes grasos. Estos últimos se ven afectados en su éxito reproductivo ya que las hembras prefieren a los miembros que poseen esas características faciales más grandes. Para ellas esto es sinónimo de salud y fuerza, lo que conlleva a tener crías con mejor genética. Los machos no elegidos recurren a la cópula forzada y los elegidos permanecen junto a las hembras durante el período de cortejo para posteriormente alejarse.

Hábitos reproductivos de los orangutanes.
Madre orangután con su cría en alguna parte de la selva de Sumatra.

Una madre acostumbra fabricar fuertes y firmes nidos con hojas y ramas para dar a luz a su cría; las construcciones pueden estar a una altura de hasta 30 metros para evitar a los depredadores que usualmente merodean en zonas más bajas. En singulares casos nacen gemelos, pero tienen una sola criatura la mayoría de las veces. Pesa alrededor de kilo y medio y está cubierto de escaso pelo que va creciendo con el paso de los días. Su período de gestación dura de ocho meses y medio a nueve meses y una vez nacidos están completamente al cuidado y atención de su madre por 16 semanas.

Las hembras tienen un intervalo muy largo entre nacimientos, que es alrededor de ocho años y uno de los más largos de dependencia infantil que culmina a los diez años, en el cual dejan de destetar entre los cuatro y siete años. En muchos otros animales a esa edad ya tienen larga experiencia cuidándose a sí mismos.

Los nidos pueden estar a una altura de hasta 30 metros para evitar a los depredadores.

Desde pequeños aprenden ciertos comportamientos de supervivencia que mantendrán hasta la etapa adulta como alimentarse, comportarse socialmente, usar herramientas y evitar peligros, entre otras cosas. Si la madre tiene otra cría, la hija joven aprende de cuidados maternos para atenderlo; los machos no desempeñan casi ningún papel en la crianza.

Orangutanes y cuidado de las crías.
Adorable cría de orangután.

Las hembras llegan a la adultez cuando tienen a su primer hijo, que es alrededor de los 14 y 16 años de edad. Los machos por su parte se consideran adultos cuando exponen sus rebordes en las mejillas, que aparecen cuando tienen 20 años. Esto no debe confundirse con la madurez sexual mencionada anteriormente.

A diferencia de otros primates, los orangutanes machos no cometen infanticidios.

A diferencia del chimpancé y otras decenas de especies de primates, los orangutanes machos no cometen infanticidios, pero las hembras solo tienen de tres a cuatro descendientes en toda su vida, por lo que su población aumenta de manera muy lenta y tal hecho no ayuda a la situación crítica que hoy en día están viviendo. Un orangután estresado difícilmente accede a aparearse, y es por ello que es tan importante que su situación se resuelva urgentemente. Los depredadores naturales son otro motivo de muerte en infantes, razón que disminuye aún más su número de población.

Si la mano del hombre no interrumpe su ciclo de vida natural, la expectativa de vida de los orangutanes es de 45 años en estado salvaje y las madres siguen siendo fértiles hasta los 30 años de edad. En cautiverio se ha conservado ejemplares que vivieron alrededor de los 55 años.

Reproducción del Orangután