Por diversas razones, las dos únicas de especies de orangután en el mundo están en peligro de extinción, siendo la de Sumatra la más afectada al tener un estado de conservación crítico.
El cambio climático originado por el calentamiento global es una de las mayores amenazas para la vida silvestre de todo el mundo, ya que puede conducir a la desaparición permanente de un elevado porcentaje de vida vegetal y animal.
Dependiendo del ecosistema, este cambio ocasionará aumento del nivel del mar, deshielo de los casquetes polares, sequías, acidez, incremento de la temperatura oceánica y cambios meteorológicos sorpresivos. ¿Esto tiene alguna relación específica con los orangutanes?
Sabemos que Borneo y Sumatra están conformados por grandes extensiones de bosque tropical (cada vez más reducido) que debido a la cantidad de lluvias y condiciones climatológicas favorables, miles de especies de árboles y plantas se desarrollan de manera abundante, suministrando una amplia variedad de alimentos para los integrantes del género Pongo. El aumento de grados centígrados provoca la disminución de precipitaciones pluviales en esas zonas, lo que conlleva a un pobre crecimiento de frutos y hojas indispensables en la alimentación de los orangutanes.
En 2007 un incendio forestal acabó con la vida de al menos 1,000 orangutanes a causa de la sequía en áreas deforestadas.
En el año 2007, un incendio forestal fuera de control acabó con la vida de al menos 1,000 ejemplares de orangután a causa de la sequía en áreas deforestadas. Los objetos abandonados por el hombre en tierra seca, reflejan la luz del sol desencadenando tragedias como esta. Tales hechos no suceden de manera tan continua, pero los científicos aseguran que aumentará la frecuencia de incendios a medida que el calor ascienda y los suelos permanezcan áridos. Un incendio forestal tiene como resultado más dióxido de carbono liberado a la atmósfera.
Años antes, entre 1997 y 1998 se suscitaron varios incendios que disminuyeron la calidad de vida de los orangutanes salvajes. Esto trajo consigo menos apareamientos y cambios en los comportamientos sociales e individuales.
Las selvas y bosques de todo el mundo absorben alrededor de una quinta parte de las emisiones de dióxido de carbono que se emiten a nivel global; el exceso de este gas en la atmósfera de la Tierra ha sido señalado como uno de los principales causantes del calentamiento global. Desde el año 1750, las concentraciones atmosféricas de CO2 han aumentado en un 34-35 %.
Indonesia y Malasia tienen una enorme responsabilidad al ser hogar de un primate único en el mundo como lo es el orangután. La acelerada pérdida de árboles y otro tipo de vegetación no ayudará a amortiguar los efectos del calentamiento global que serán cada vez más severos. A nivel mundial la deforestación origina más emisiones de CO2 que los medios de transporte humano. ¿Has visto las más recientes imágenes satelitales de la tierra? ¿Cuántas áreas totalmente verdes identificas? ¿Cuántas zonas desérticas observas? ¿No crees que es momento de hacer algo al respecto?
Indonesia es uno de los mayores contribuyentes del cambio climático.
Indonesia está compuesta por un archipiélago de 17,508 islas y tiene una de las tasas más altas de deforestación a nivel global. Esto quiere decir que es uno de los principales y mayores contribuyentes del cambio climático.
Así como nuestro cuerpo tiene un ciclo automático que se encarga de circular la sangre, regenerar heridas, excretar desechos, absorber nutrientes o dar vida, la tierra también es capaz de “limpiarse” por sí sola, concebir nueva vida en el mar y en la tierra, así como expulsar elementos internos; pero, ¿qué pasa cuando fumamos en exceso, comemos alimentos chatarra y no atendemos ni cuidamos nuestra salud? Llegará un punto donde de no actuar a tiempo los daños serán irreversibles y nuestro organismo no podrá controlar todos los componentes dañinos que tenemos dentro. Lo mismo pasa con nuestro planeta. La capa de compuestos tóxicos que millones de personas hemos formado con el paso de los años, es más de lo que la tierra puede soportar, y sin árboles y con suelos estériles, la realidad se vuelve cada vez más inquietante.