Los primates han sido relacionados con los seres humanos debido a que ambos comparten varias similitudes dentro de su ADN, y por muchos años se creía que los orangutanes eran los más alejados genéticamente de la especie Homo Sapiens, pero estudios recientes pusieron en duda esta afirmación y existe ahora la probabilidad de que sean más cercanos de lo que pensamos.
No son especies de monos; son denominados grandes primates por sus características particulares, especialmente por el tamaño corporal, la postura y la ausencia de cola.
Los orangutanes pertenecen al orden de los primates, a la familia Hominidae de la que se desprenden los chimpancés, gorilas y humanos, a la subfamilia Ponginae y al género derivado de esta, denominado Pongo.
No son monos; son denominados grandes primates.
Según los restos fósiles encontrados en distintas partes de Asia, los orangutanes divergieron del linaje humano hace 15 millones de años. Se cree también que los géneros de primates homínidos Sivapithecus, Ramapithecus y Lufengpithecus, fueron los primeros ancestros de los orangutanes modernos. Lufengpithecus vivía al sur de China y Tailandia, Ramapithecus al norte de la India, y Sivapithecus en la India, Turquía, China y Pakistán hace aproximadamente 8 a 12 millones de años. Se dice que todos ellos habitaban en regiones más secas y frías que las dos especies que actualmente conocemos.
Sivapithecus era ágil en el suelo y también desplazándose sobre los árboles. Los restos de su estructura ósea indican que se alimentaron de hierbas y semillas en su mayor parte. Este género se considera el antepasado directo de los orangutanes de Borneo y de Sumatra.
El orangután de Borneo y el de Sumatra, se separaron hace alrededor de 2 millones de años.
Pongo pygmaeus, el orangután de Borneo y Pongo abelii, el de Sumatra, se separaron hace alrededor de 2 millones de años y ocuparon hábitats de la misma nación pero en islas distintas. De Pongo abelii se han diferenciado tres subespecies. Aunque es un poco complicado distinguir una subespecie de otra, varían levemente en distribución geográfica, longitud y peso.
Existió una tercer especie dentro del género Pongo llamada Pongo hooijeri que vivió en la era del Pleistoceno en la región que hoy comprende el territorio de Vietnam. Es un misterio su modo de vida y la manera en la que se extinguieron pero se sabe que alguna vez formaron parte de la fauna de la Tierra.
El orangután es el único homínido, con excepción del humano, que habita en Asia, pero se ha comprobado que años atrás no era el único. Gigantopithecus fue un primate hominoideo que abarcó regiones de Nepal, Vietnam, China e India y que apareció hace aproximadamente nueve millones de años para extinguirse hace 100,000 años. Hasta hoy ocupa el lugar como el simio más grande que ha existido. Con base en el estudio de sus restos, se ha podido confirmar que medía alrededor de tres metros de alto y pesaba hasta 540 kilos.
Su alimentación se basaba en plantas y poseían enormes dientes de 2.5 cm de ancho. Habían tres subespecies: bilaspurensis, giganteus y blacki, siendo este último el más grande de todos. Era de dos a tres veces el tamaño de un gorila, pero sus parientes vivos más cercanos son los orangutanes. No se sabe realmente la causa de su extinción, pero cabe la posibilidad de que haya sido cazado por el ser humano, con el que coexistió durante algunos años.
Gigantopithecus es un ancestro del orangután. Era hasta tres veces más grande que un gorila.
En épocas más recientes, los orangutanes han sido objeto de estudio por parte de investigadores y científicos. El significado de su nombre proviene de las palabras indonesias y malayas, donde “Orang” significa persona y “Hutan” se traduce como bosque, por lo tanto orangután significa “persona del bosque”. Uno de los primeros escritos que contiene dicha explicación data de 1631 cuando el médico holandés Nicholas Tulp lo escribió en un libro sobre medicina y empleó los vocablos oran-outang para referirse a ellos.
La palabra orangután significa “persona del bosque”.
El proceso de adaptación del orangután, esconde y esconderá tal vez por varios años más, muchas respuestas que los científicos e investigadores han tratado de encontrar perseverantemente. Tal vez existan los restos de otra especie más relacionada a estos simios que yacen por debajo de las piedras y que cambiarían por completo la historia evolutiva del orangután.
El orangután y el ser humano comparten el 97 % de su secuencia de ADN, pero actuales laboratorios están descifrando la posibilidad de que esto sea de aún más.